Introducción
La inmigración
en España ha existido desde siempre, pero es desde la década de 1990,
un fenómeno de gran importancia demográfica y económica. Según el INE 2011, a primero de enero
de 2011 residían en el país casi 6,7 millones de personas nacidas fuera de sus
fronteras
Evolución de la migración en España
En unas
pocas décadas, España ha pasado de ser un país generador de emigración a ser un receptor de flujo
migratorio. A partir de 1973,
con la crisis del petróleo, la emigración de
españoles al extranjero empezó a dejar de ser significativa y se produjo el
retorno de muchos emigrantes españoles que se mantiene hoy en día; hecho que se
cree que ha sido forzado por el descenso del atractivo laboral de los países de
acogida y otras relacionadas con asuntos de pensión de vejez.
Origen de los inmigrantes
La
inmigración en España es muy variada y está dominada por la procedente de áreas
culturalmente cercanas. En España, la mayoría de los inmigrantes provienen de Iberoamérica (el
36,21% del total de extranjeros afincados en España, según el censo INE 2006); les siguen después
los procedentes de la Unión Europea (34,45%)
y del norte de África (14,83%).
A gran distancia se encuentran los extranjeros provenientes de la Europa no comunitaria (4,40%),
el África subsahariana (4,12%), el Extremo Oriente (2,72%),
el Subcontinente indio (1,67%), América del Norte (0,66%) y Filipinas (0,48%).
Del resto de Asia y de Oceanía sólo son originarios el 0,50% restante, mientras
que están registrados un 0,02% de apátridas.
Características socio-económicas
La gran
variedad de la inmigración en España hace difícil realizar una caracterización
común.
· Sexo
El
53,40% de los extranjeros censados en 2005 eran varones, frente a un 46,60% de
mujeres. Sin embargo, se encuentran diferencias importantes dependiendo del
origen de los inmigrantes:
Hay
mayor porcentaje de mujeres que de hombres entre los inmigrantes procedentes de
Sudamérica (un 53,42% de mujeres) y de Centroamérica (59,42% de mujeres).
La
proporción entre mujeres y hombres del continente europeo es ligeramente
favorable a los varones (un 52,41% de hombres).
Los
hombres son claramente mayoritarios en la inmigración de origen africano (tanto
subsahariano como magrebí): la proporción de mujeres en este colectivo es de
tan sólo 31,81%.
Los
colectivos con el ratio más aplastante varón-mujer son los de Malí (tan
sólo un 6,68% de mujeres), Pakistán (9,70%
de mujeres), Ghana (12,91%)
y Bangladesh (16,93%).
En el lado opuesto, las nacionalidades con mayores porcentajes de mujeres son
la rusa (64,26%
de mujeres), la nicaragüense (61,11%) y la brasileña (64,04%).
· Edad
La edad
media de la población residente en España según el censo de 2004 era de 40,22
años; 40,99 para los españoles y 32,83 para los extranjeros residentes.
La
mayoría de la población inmigrante viene a España buscando un puesto de
trabajo, de ahí que el 51,91% de los extranjeros residentes en España (frente a
un 32,66% del conjunto de la población) tengan entre 20 y 39 años y que el
30,19% de los extranjeros tengan entre 25 y 34 años (frente a un 17,44% del
conjunto de la población).19
Puesto
que la mayoría de los extranjeros vienen a España en búsqueda de empleo, la
proporción de mayores de 65 años es escasa, e incluso anecdótica en algunos
países, mientras que el bloque más importante corresponde a la población en
edad de trabajar (entre 16 y 65 años). El 17,71% de los ciudadanos de
nacionalidad española tenía más de 65 años según el censo INE 2005; esta cifra era de
tan sólo 4,81% para el total de extranjeros. Sin embargo, esto no es uniforme
para todos los países:
Dentro
de los inmigrantes comunitarios, hay una proporción importante de jubilados (un
15,85% de los comunitarios tiene más de 65 años), por lo que la distribución
por edad de este colectivo es muy parecida a la española, aunque con un índice
un poco inferior de menores de 15 años.
La
proporción de mayores de 65 años era de 1,94% para los iberoamericanos, del
0,62% para la Europa
no comunitaria (excluyendo a los naturales de Noruega y Suiza), del 1,35% para
los procedentes del Norte de África, un 0,83% para los subsaharianos y de un
1,70% para los chinos.
Las
nacionalidades donde hay mayor porcentaje de mayores de 65 años son la suiza (33,19%), la finlandesa (29,86%),
la noruega (28,71%)
y la sueca (25,82%).
Donde menos, entre los naturales de Malí(0,07%), Ghana (0,07%) y Gambia (0,08%).
La pirámide de edad de la población
extranjera residente en España presenta pues una base un poco más estrecha, un
centro mucho más amplio y un pico despreciable en comparación con los del
conjunto de la población española.
Ocupación laboral
El
sector profesional que empleaba más inmigrantes era, en 2005, el de los servicios (59%
empleadas de hogar y hostelería),
seguido de la construcción (21%). En la industria y
la agricultura,
la proporción era mucho menor (12% y 8%, respectivamente). De todas maneras, la
ocupación laboral en el que trabajan los inmigrantes en España varía de manera
importante en función de la nacionalidad:
· Entre
los inmigrantes de la Unión Europea,
suele predominar la ocupación en el sector financiero, comercial o el desempeño
de profesiones liberales.
· Los
procedentes de América Latina se emplean, preferentemente, en la hotelería, hostelería y
como servicio doméstico.
· La
población del Este de Europa es la que, en proporción,
más se emplea en la construcción (el doble que los españoles y casi tres veces
más que los procedentes de la
Unión Europea ).
· Los marroquíes trabajan
en una proporción mucho mayor en el sector primario que
los españoles.
Causas de la inmigración en España
La
inmigración en España presenta un carácter multifactorial. Entre sus principales
causas se encuentran:
· El
factor más importante de atracción migratoria es el desarrollo económico que ha
demostrado España desde 1993.
Basada en un crecimiento de la construcción y el turismo, la economía española ha venido requerido
desde entonces una gran cantidad de mano de obra. En 2005, el país había creado
unos 900.000 trabajos netos, de los que cerca de un 40% se ha ocupado por
extranjeros.
· La
identidad cultural y lingüística con Iberoamérica,
de donde proceden el 36,21% de los extranjeros que había en España en 2006, es
un importante factor de elección para los migrantes de esta procedencia.
· La
suavidad del clima en el contexto europeo y la
atracción por el modo de vida, siguiendo el efecto Sun Belt.
El 21,06% de los extranjeros que hay en España proceden de Europa Occidental,
especialmente de Reino Unido, concentrándose en las regiones insulares y en
Alicante y Málaga. Muchos de ellos son inmigrantes de alto ingresos: jubilados,
trabajadores a distancia con Internet o
que establecen negocios, por lo general relacionados con la hostelería.
· La
cercanía geográfica al continente africano: con fronteras terrestres
con Marruecos, las islas Canarias próximas al oeste africano
y el propio sur peninsular cercano al Magreb. La renta per cápita española era, en 2001,
doce veces superior a la de un marroquí; así, la frontera hispano-marroquí es
la más desigual en términos económicos de toda la OCDE. El 18,13% de los
extranjeros censados en España en 2006 procedían de este continente, muy
especialmente de Marruecos.
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